top of page

Razones para no enviar tu libro a un concurso literario


Comenzaremos con una afirmación tan categórica como cierta: los concursos literarios no sirven para nada.

Si eres escritor novel y has considerado esta opción, te invitamos a que conozcas el porqué de esta rotunda conclusión.

No es aventurado decir que los premios literarios importantes, es decir, los que tienen una recompensa en metálico que vale la pena (esos de 20 y 30 mil euros), ya están pactados de antemano entre el agente literario y la editorial.

Sí, ya existe un ganador que será un escritor reconocido cuyo nombre garantice las ventas al tiempo que el escritor ha vendido literalmente su obra, debido a la cláusula en la que renuncia al copyright.


¿Por qué se convocan, entonces, tantos concursos de este tipo?

1.- Encontrar clientes potenciales dentro del universo de escritores.

Al inscribir tu obra en un concurso, debes enviar tus datos tales como correos electrónicos, número de teléfono, país de residencia y toda clase de información personal que les permite crear legalmente una copiosa base de datos que registra miles de destinatarios para publicidad relacionada con el mundo literario. Es por eso que de repente, el escritor empieza a recibir correos electrónicos que van desde cursos para escritores hasta plataformas de coedición (pagar por publicar).


2.- Crear un libro multiautor

Se trata del lanzamiento de un concurso en el que seleccionan, por ejemplo, las mejores 100 obras y cuyo premio es la publicación de un volumen con todos los trabajos ganadores. Esto se hace, mayormente, con microrrelatos o relatos breves. ¿Cuántas obras de este tipo pueden incluirse en un volumen de 200 páginas? Casi todos. De esta manera la editorial se asegura de que venderá, cuando menos, un ejemplar por cada uno de los autores que aparecen en la recopilación. Aunque siempre habrá un amigo o familiar que adquiera algunos. Ya es una ganancia para la editorial.


3.- Promociones particulares

El ego de algunas personas es tan exagerado que no es extraño que se den casos de individuos inescrupulosos que se comprometen con una institución pequeña, la mayoría de las veces un ayuntamiento local, a patrocinar un concurso con el objetivo de ser el ganador o, en su defecto, un amigo o familiar. Este fraude da cierto reconocimiento a la institución que aparece como promotora de la cultura y , de paso, le otorga visibilidad. Una caracterítica de este tipo de certamen es que en su convocatoria aparece "sin restricciones por nacionalidad". Cuando verificas al ganador comprobarás que siempre el ganador es un escritor nacional poco conocido.



4.- Crear un fondo abundante de recursos

En otras ocasiones el premio es insignificante económicamente, pero para cualquier escritor novel es un estímulo inmenso que su obra haya sido seleccionada entre

otros cientos porque sin duda revela que tiene calidad. Una vez que se te notifique que has resultado premiado y se tramite la recompensa, sabes que tu obra ya no te pertenece, pero no importa porque tienes un certificado que te acredita como ganador. Pero ¿qué tal si al transcurrir un año ves que tu novela se ha convertido en un bestseller y que comienza a generar grandes ingresos? Debe ser muy frustrante, pero ya no hay nada que hacer porque has cedido tus derechos legalmente.


5.- Captar talentos sin gastos de publicidad ni esfuerzos

Que un libro sea escrito por un autor novel no significa que no pueda ser excelente. Cuando una de estas obras es potencialmente comercializable por su calidad, probablemente el autor reciba un mensaje con una "propuesta de publicación" en la que te explican los valores de tu texto y algunas recomendaciones para mejorarlo. Esto indica que tu libro es bueno. La editorial pide que el autor envíe una foto y una breve reseña autobiográfica y, como resultado de un estudiado sesgo psicológico, el escritor ya se imagina su libro en papel y publicado bajo un sello editorial. No es poca cosa para quien comienza. Si está de acuerdo, algo que es casi seguro, debe reenviar el manuscrito con las correcciones sugeridas, la foto, la autobiografía y abrir el archivo adjunto en el que aparece el contrato. Hasta ahí todo es perfecto, pero también verá un listado de las tarifas por revisión, maquetación, diseño de portada, convenio de promoción, distribución, porcentaje de regalías, trámites legales, etc., que lógicamente debe costear el autor quien, para esa altura, está tan entusiasmado que no se ha dado cuenta de que solo ha tramitado un proceso de coedición común que hubiera podido hacer desde el primer momento y ahorrar meses de pérdida de tiempo.

Si todo lo anterior te ha resultado poco, piensa ahora en que la entidad convocadora del concurso debe tener un contrato con una editorial que seguramente fue la que te contactó. ¿Cuán grande o reconocida puede ser? Eso nunca aparece en la convocatoria. Resumen, las editoriales muy importantes a nivel mundial no convocan a concursos porque ya tienen contratos exclusivos con escritores consagrados.

Las que tienen un reconocimiento medio, ya sabemos que amañan los premios. Quedarían las pequeñas y desconocidas que, a su vez, tienen contratos con librerías también pequeñas y locales.

¿Qué significa esto? Que todo tu trabajo, empeño, tiempo y dinero podrían terminar en el rincón de almacén de una lejana y poco visitada librería de un ayuntamiento.










500 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page